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Un país herido

 

La represión encabezada por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo dejó más de 355 personas asesinadas, miles de presas y presos políticos, cientos de miles de nicaragüenses en el exilio —incluyendo niños, niñas y adolescentes—, así como el cierre de más de 5,000 organizaciones sociales, universidades y medios de comunicación. A ello se suman la persecución, la tortura y la desnacionalización utilizada como mecanismo de castigo político.

Detrás de estas cifras están las historias de familias enteras que vieron truncadas sus formas de vida y sus proyectos de futuro. A pesar del miedo y el dolor, la sociedad nicaragüense se resiste a olvidar.

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En este contexto nace El país que merecemos, una iniciativa de comunicación para acercar a las y los nicaragüenses al proceso de justicia transicional.

 

 

Justicia Transicional

 

La justicia transicional es una forma de justicia que se aplica en contextos donde han ocurrido violaciones graves y sistemáticas de derechos humanos —como dictaduras, represión o conflictos armados— y el propio Estado ha perdido legitimidad para garantizar justicia. 

 

Su propósito es restablecer el equilibrio social, reconocer a las víctimas y evitar la repetición del daño. Se construye sobre cuatro pilares fundamentales: verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.

 

A diferencia de la justicia penal ordinaria, la justicia transicional no se limita a sancionar a los responsables. Busca también reconocer la verdad, conservar la memoria y abrir caminos de reparación para reconstruir un país más justo y democrático.

 

 

 

Principios de campaña

Esta primera etapa de la campaña, Primero la verdad, se inspira en el primer paso de la justicia transicional: la búsqueda de la verdad.  No se trata solo de nombrar lo ocurrido, sino de denunciar y activar la búsqueda de verdad. Queremos mostrar que cada vida y cada historia importan, y que al nombrarlas abrimos un camino hacia un país más libre y democrático.​Tres principios rigen esta campaña:

1. La verdad es el primer acto de justicia: 

Nombrar lo que ha pasado, guardar memoria, compartir testimonios y denunciar violaciones son formas de hacer justicia desde el presente. En ausencia de tribunales, la verdad cumple una función reparadora y ética. Sin verdad no hay sanación, retorno ni reconstrucción posible.

2. Por primera vez se hará justicia:
A diferencia de ciclos pasados de silencio e impunidad, hoy existe una memoria activa y documentada: informes, bases de datos, testimonios y archivos. Lo que hagamos hoy con la verdad fortalece y acerca la justicia del mañana.

 

3. La justicia puede empezar hoy:
La justicia no es solo un acto del Estado o de tribunales futuros. Cada denuncia, testimonio o verdad dicha hoy es evidencia y reconocimiento de lo ocurrido. La verdad se está registrando, la evidencia ya existe, la justicia está en proceso.

 

Por primera vez en la historia de Nicaragua, se impulsa un proceso real de búsqueda de verdad y justicia que no depende de colores políticos, ni  acepta pactos de silencio. Los avances alcanzados en instancias internacionales y la participación activa de organizaciones de la sociedad civil muestran que esta vez es diferente: se trata de construir justicia para todas y todos, sin exclusiones.

Descargá los materiales de la campaña, compartilos en tus redes y espacios de incidencia y contribuí al proceso de verdad y justicia.

Esta campaña es impulsada por el Grupo de Justicia Transicional.​ 

​​​​​​​​Llamado a la acción

Aunque la represión en Nicaragua continúa y ha adoptado nuevas formas, se ha registrado una disminución sensible en el número de denuncias. Esto puede deberse a muchos factores, uno de ellos el miedo a las represalias del régimen, otro la pérdida de esperanza en la justicia y en la posibilidad de transformar la realidad del país.

Uno de los objetivos de Primero la verdad es promover la denuncia segura. Que cada nicaragüense sepa la importancia de su denuncia y cómo realizarla protegiendo su integridad personal y la de su familia. 

 

Cada denuncia es un acto de dignidad, transforma el dolor en memoria y convierte la verdad en evidencia. Esta campaña quiere contribuir a sostener las denuncias porque de ellas depende el logro de los demás pilares de la justicia transicional como base para la transformación de Nicaragua.  

 

Aunque sabemos que es un camino complejo y largo, otros países como Colombia, Sudáfrica, Argentina y Guatemala han demostrado que es posible: es posible reconstruir las sociedades, es posible abrir procesos de justicia que impulsen la restauración de la democracia.

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